¿Cómo funciona?

El compromiso de los empleados con su trabajo, su lugar de trabajo y sus colegas depende en gran medida de su actitud emocional. La actitud emocional de los empleados no puede medirse con precisión utilizando métodos y herramientas en los que se requiere la racionalización (léase: pensar en) de la emoción. Es por esta razón que la efectividad de las mediciones actuales de compromiso de los empleados (léase: encuestas o cuestionarios) es limitada. Por ejemplo: cuando se enfrenta a la pregunta: "¿Cuál es tu opinión sobre tu jefe?", antes de responder, el empleado pensará conscientemente en su emoción inicial, y en este proceso involucrará una miríada de cuestiones no directamente relacionadas con la pregunta ("No me gusta mi jefe, pero tengo un buen salario y siempre es muy amable y educado conmigo."), lo que al final da una respuesta sesgada. La única manera de medir con precisión la emoción es observando los indicadores implícitos del compromiso emocional derivados del inconsciente y expresados en el lenguaje.